Analatsara – el hermoso bosque en malgache – es un paréntesis suspendido en el tiempo.
Analatsara es un sueño que creé, construido totalmente con respeto por la arquitectura local
pero con el confort europeo y que me gusta compartir con los soñadores.
Los demás, lo siento, no vengáis, este lujo no será ni vuestro ni vuestra expectativa.
Analatsara Ecolodge es un conjunto de ocho casas de huéspedes cuya capacidad hemos
limitado voluntariamente a 30 personas, para preservar mejor la convivencia del lugar.
« Là, tout n’est qu’ordre et beauté, luxe, calme et volupté. » — Charles Beaudelaire
Jean Pierre – dit Le Baron – y Nadia ofrecen la fórmula table d’hôtes más agradable y de calidad.
Una rocalla enclavada en la laguna forma una piscina natural, para el deleite de los niños y para
la tranquilidad de los padres…
Por no hablar de nuestro famoso columpio para embellecer tus recuerdos fotográficos.
Las noches de folclore con canciones y bailes tradicionales a veces agregan más entretenimiento diario.
Para su comodidad ofrecemos :
– agua caliente y electricidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana, gracias a una instalación solar
– una lancha a motor para sus traslados, salidas de pesca, snorkeling)
– un salón de masajes
– safaris en el mar / picnics (por ejemplo: ilot aux sables),
– recorridos a pie y descubrimiento de la isla (por ejemplo: faro de Blévec)
– la posibilidad de su pago con tarjeta de crédito (tarjeta visa).
La hermosa isla…
Ile aux Nattes: 3 kilómetros de norte a sur – 2,5 km de este a oeste.
Tierra de piratas en el Océano Índico, ya en el siglo XVIII, era refugio de aventureros,
soñadores en busca de otra vida.
El punto del signo de exclamación de la isla de Sainte Marie.
Aquí, aún hoy, debemos vivir en una autonomía casi total respetando nuestro entorno.
Aquí todo es sólo lujo de la naturaleza, sosiego y voluptuosidad del ser.
Aquí caminamos descalzos sobre la tierra o sobre la arena tan blanca, tan inmaculada…
La barrera de coral donde las olas rompen tiernamente en una sonrisa es un marco precioso,
como una concha de nácar que envuelve la isla y la protege.
Solo las tortugas y, a veces, los delfines pueden penetrarlo.
En cuanto a las fabulosas ballenas -visibles entre junio y septiembre-juegan
y sus crías nunca están lejos; sus saltos un en la tierra al cielo en un haz de estrellas.